/ contexto
Vuelve la icónica cerveza de Bilbao.
Tras su relanzamiento en 2014, la icónica cerveza de Bilbao ha apostado por renovar su identidad y consolidar su posicionamiento como una de las marcas de referencia a nivel nacional. Una nueva imagen que eleva la percepción de calidad de La Salve e impulsa su compromiso con la comunidad local.
Para ello, construimos una historia que conecta de manera genuina con la gente y refuerza el vínculo con la ciudad de Bilbao. Un trabajo que honra el resurgir de su alma cervecera.
La Salve nace en 1886 y, tras haber cerrado sus puertas en los años 70, vuelve a despertar adaptándose a los cambios y transformaciones de la ciudad, gracias a su resiliencia y espíritu emprendedor.
/ IDENTIDAD VISUAL
Un legado que se convierte en el pilar de la nueva identidad.
Utilizando el pasado de la propia marca como motor de arranque, retomamos el relato del lugar en que los marineros cantaban a la virgen de la basílica de Begoña: el emblemático puente de La Salve.
Por otra parte, rescatamos el imaginario y la materialidad de la fábrica, del acero, el fuego y el carbón de los Altos Hornos y Astilleros a través del uso del negro y los metalizados que refuerzan el carácter y personalidad de La Salve. Un canto a sus raíces industriales y a su alma cervecera.
/ códigos gráficos
Intervenimos sutilmente en el diseño del logotipo, el cual evoluciona ligeramente para ganar en solidez, impacto y visibilidad. Asimismo, reivindicamos el papel de la “S” de Salve como nuevo espacio de expresión, el cual busca capitalizar sobre la iconicidad de la marca de forma distintiva, evocando a la ría de Bilbao.
Una estructura fuerte y consistente donde los nuevos códigos de identidad de marca logran impactar de forma clara a través del diseño de packaging, generando un gran reconocimiento que promueve el orgullo de la Fábrica de Cervezas La Salve.
Un nuevo lenguaje cromático formado por la fuerza del negro, la luminosidad del blanco y la calidez del metalizado como ejes primarios de la identidad.
Al mismo tiempo, la nueva tipografía e iconografía refuerzan su vínculo directo con la categoría cervecera. Una identidad flexible que se expande más allá del packaging, creando una auténtica experiencia cervecera en la que se destaca el carácter comprometido, colaborativo y humano de La Salve. La nueva identidad refleja hoy el relato de una marca histórica, sus valores y su personalidad contado desde la contemporaneidad.
En definitiva, un nuevo despertar para La Salve que reclama su personalidad, dando poder al origen, la tradición y el saber hacer que la definen. Un territorio de expresión único que nos habla de forma clara sobre la auténtica cerveza vasca.