Sabemos que adaptar las tendencias globales a los mercados locales es crucial para el éxito de cualquier marca que quiera mantenerse relevante y viva. Comprender las particularidades culturales y sociales de cada región permite a las empresas aplicar innovaciones de forma que realmente resuenen entre el público local.
En nuestro webinar más reciente, en el que abordamos la integración de nuevas tendencias e innovaciones por parte de las empresas para diseñar un futuro impactante, nuestra invitada Daniela Klaiman, CEO de FutureFuture, hizo hincapié en la importancia de adaptar, o más bien “traducir” las tendencias según las necesidades de cada región. “Generalmente, los informes de tendencias vienen del extranjero, y no se pueden copiar y pegar las tendencias extranjeras aquí en Brasil, o en América Latina”.
Este principio es especialmente sensible cuando nos fijamos en tendencias emergentes que suscitan debates en diversos ámbitos, como la neutralidad de género. Abordar esta cuestión en América Latina va más allá de adaptar una idea global; es una reinterpretación que tiene en cuenta los valores, las expectativas y las necesidades específicas de los consumidores locales.
En el contexto de América Latina, donde alrededor del 18% de la generación Z se identifica como parte de la comunidad LGBTQIA+, adoptar un enfoque no binario en el diseño de productos representa una gran oportunidad para que las marcas adopten una perspectiva más inclusiva, buscando conectar con audiencias que valoran la diversidad y la expresión de identidades únicas.
La gente vuelve con montones de ideas de SXSW, por ejemplo, pero es crucial entender qué tiene sentido y qué no para cada mercado, y cómo adaptar las tendencias a la cultura local donde se van a aplicar. ¿Cuál es el momento y la forma adecuados de hacerlo? La traducción es clave, porque las tendencias que no reflejan nuestra realidad no serán relevantes para nuestro público. El error no está en la tendencia en sí, sino en el hecho de no adaptarla o "tropicalizarla", si se quiere.
Daniela Klaiman, CEO de FutureFuture
En nuestro informe Useful Design Trends 2024, abordamos la “muerte del género”, señalando ejemplos de marcas y empresas que promueven un enfoque de diseño y marketing que se aleja de las normas binarias de género, dando la bienvenida a la diversidad. Para ver cómo se está desarrollando esta tendencia en América Latina, analizamos algunos otros ejemplos de nuestra región:
Another Place (Brasil): “Gender-free, no labels, to wear however you want” es la llamada de la marca de ropa Another Place.
Papel de Punto (Colombia): ropa unisex fabricada a partir de tejidos parcialmente reciclados, destacando su perfil “limpio y divertido”.
Simple Organic (Brasil): representante brasileña de la belleza libre, la marca se define como democrática, disruptiva, sin género y preocupada por la salud de las personas y del planeta.
O Boticário (Brasil): varios productos con fragancias de género neutro para uso de cualquiera.
Anacê (Brasil): una marca que ofrece una nueva visión de la sastrería tradicional, con prendas fluidas y sin distinción de género.
Carla Fernández (Mexico): designer mexicana conocida por transformar técnicas textiles indígenas en prendas contemporáneas que respetan y celebran la cultura y la identidad de género fluida.
Isaac Silva (Brasil): una tienda democrática que vende ropa sin distinción de género que se adapta a todos los tipos de cuerpo.
Las marcas que adoptan este enfoque no sólo promueven la inclusión, sino que también se establecen como puntos de referencia en un mercado cada vez más consciente y exigente.
El diseño es una labor de facilitación; nosotros somos facilitadores cuando se trata de tendencias. Nuestro papel principal es traducirlas y presentarlas a los clientes de forma que puedan entender y aplicar cada una de ellas adecuadamente.
Luís Bartolomei, CEO de CBA B+G
Aunque la tendencia hacia la neutralidad de género está emergiendo como un punto de reflexión y acción para muchas marcas a nivel global, en América Latina existe cierta renuencia a adoptarla plenamente. A pesar de los ejemplos de iniciativas innovadoras, la escasez de casos ampliamente conocidos revela que esta tendencia es a menudo vista todavía como un nicho.
Esto se refleja no sólo en la limitada oferta de productos que desafían las normas de género, sino también en la hesitación de los clientes para reconocer y adoptar este cambio cultural en sus prácticas cotidianas de consumo.
Este escenario sugiere tanto una oportunidad como un reto: si bien existe un terreno fértil para la innovación y la diferenciación en el mercado, también es necesario cultivar una comprensión más profunda de los beneficios y el valor de la inclusión de género en el diseño de productos y servicios. Al fin y al cabo, adoptar verdaderamente las tendencias mundiales en contextos locales requiere algo más que introducir nuevos productos: requiere transformar percepciones y actitudes.
Así que la pregunta es: ¿estamos preparados para liderar este cambio o nos conformamos con seguir el ritmo de la transformación social y cultural de nuestra región? La respuesta a esta pregunta definirá el futuro del diseño inclusivo en América Latina y el papel que desempeñaremos en el escenario mundial de la innovación social.