Desde agosto de 2021, en CBA B+G somos oficialmente remote first. Mientras muchas empresas están queriendo volver a lo presencial, creemos firmemente que el futuro de las organizaciones exitosas está en adoptar el modelo esencialmente remoto y en su capacidad de adaptarse a los procesos digitales inherentes a esa elección.
"No estábamos preparados para o modelo remoto."
Desde 2008, CBA B+G se instaló en un antiguo galpón en la calle Álvaro Rodrigues, en Brooklin, San Pablo. El lugar tenía nuestra cara: un espacio que invitaba a trabajar en equipo, repleto de áreas verdes y ambientes diseñados para colaborar, cocrear y hacer prototipos. Habíamos logrado crear, a lo largo de los años, un ambiente muy especial, querido y deseado por todos los pasaban por allí, entre colaboradores, clientes y socios comerciales.
En marzo de 2020, la pandemia desembarcó en Brasil. Como tantas otras empresas, tuvimos que adaptarnos a la urgencia del trabajo remoto para mantener la seguridad de cada uno de los entonces ochenta colaboradores y empleados. No fue fácil, no estábamos preparados. Casi nada estaba en la nube, dependíamos de un servidor local y de instrumentos de trabajo físicos, pesados e inamovibles. Muchos diseñadores y profesionales del área de producción tuvieron que llevar sus máquinas, en su mayoría computadoras de escritorio, apresuradamente a sus casas. Junto con las sillas, los adaptadores ergonómicos, monitores e ítems personales en el equipaje, más allá de la pesadilla de la logística, salir de nuestro confortable y apasionante galpón de forma tan abrupta fue como si nos hubieran arrancado parte de nuestra identidad como CBA B+G.
Entramos en 2021 todavía con muchas restricciones en la convivencia social, y de esa manera seguimos forzosamente con el modelo remoto. Comenzamos a observar empresas en todo el mundo y de todos los tamaños que adoptaron de forma permanente el modelo híbrido o remoto. Entonces nos dimos cuenta de que existía un camino sin retorno. Incluso con el fin de la pandemia, la forma de pensar el trabajo y la productividad dentro de las organizaciones nunca más sería la misma. Por ello, decidimos adoptar el modelo remote first y despedirnos del espacio que ocupábamos, entendiendo que, de todos los escenarios, lo físico no se adhería más a la nueva realidad de las relaciones laborales, y lo híbrido sería una potencial combinación de lo peor de dos mundos y, siendo ambiguo, impediría el cambio cultural que tanto necesitábamos. No fue una decisión fácil, pero tengo la convicción de que tomamos la decisión correcta, una decisión que contribuyó para garantizar la continuidad y el éxito de nuestra organización a largo plazo.
"Ser remote first obliga a rever las métricas, los comportamientos, la comunicación y los modelos mentales."
La cultura remote first no ocurre de la noche a la mañana. Necesita ser construida. En pocos meses, tuvimos que montar una oficina en la nube, adquirir nuevos hábitos y herramientas de comunicación en un ambiente remoto, adquirir habilidades de gestión de proyectos a distancia y crear conexión y confianza sin el espacio físico. Para poner eso en práctica, fue necesario rever nuestras métricas, nuestros comportamientos, nuestra comunicación y nuestros modelos mentales.
- Cambiar las métricas: Nuestra cultura empresarial siempre nos enseñó a usar el tiempo como KPI del resultado y de la productividad. Pero la verdad es que pocos empleados trabajan 8 o 9 horas por día. Tenemos que invertir energía centrándonos en los resultados que queremos lograr, y menos en el tiempo.
- Cambiar los comportamientos: Tenemos que incitar comportamientos más proactivos, para favorecer la transparencia, la accesibilidad y el intercambio de información actualizada y contextualizada. Entendiendo que la colaboración no es solo a través de la cocreación, sino que la documentación es la base de un ecosistema colaborativo.
- Cambiar la comunicación: El modelo remote first sugiere, que toda comunicación debe, siempre que sea posible, hacerse de forma asincrónica (chats, foros de discusión, videos y correos electrónicos), respetando el tiempo de cada uno. La asincronía eficiente evita interrupciones, y los momentos de urgencia son cada vez más raros. Además de eso, la documentación, base de lo asincrónico, es liberadora y permite que todos accedan a las discusiones, creando un historial y una inteligencia recuperable para el uso actual y futuro, permitiendo la contextualización de nuevas personas en cualquier momento y sustituyendo el monopolio de la información individualizada por la idea del legado compartido de la información.
- Cambiar el modelo mental: la mentalidad remote first está basada en la idea de tener información en cualquier momento, en cualquier lugar y de forma transparente. Considerándose el mismo nivel de gestión, las decisiones no podrán tomarse sin la participación o el conocimiento de todos. Y no podrá haber más favoritismo en relación con los que están presentes o en discusiones sincrónicas, como videoconferencias, sin que la pauta y las decisiones sean compartidas con sus pares.
El mayor desafío cultural: cómo mantener viva la conexión emocional entre las personas
Además de los desafíos estructurales, enfrentamos un desafío cultural aún mayor. Por más que un grupo de personas trabaje muy bien de forma remota, siente la falta de encontrarse fuera de las reuniones, de brindar, de tomar un café juntos, de cantarle el feliz cumpleaños a un colega. Eso es inevitable y humano. Entendemos la importancia de mantener viva y alimentar ese tipo de conexión entre las personas, y por eso creamos nuestros Get Together, eventos presenciales cada tres meses, donde el foco está en el intercambio entre las personas. Además de eso, al crear un área fuerte de Cultura y Personas y reforzar la de Comunicación, potenciamos la escucha y aumentamos la frecuencia y la calidad de los contenidos orientados al público interno. Para incentivar los encuentros entre equipos que están en la misma ciudad, ponemos a disposición también el beneficio de una red de coworking con más de 1600 espacios de trabajo repartidos por todo Brasil.
Las ventajas del modelo remote first
En pocos años, nuestro way-of-working evolucionó en dos años el equivalente a una década. Hoy, veo como los principales cambios positivos:
- Mayor calidad productiva: datos de nuestras investigaciones internas indican que nuestros colaboradores son más productivos trabajando remotamente, en parte porque tienen más control sobre su ambiente laboral y pueden evitar las distracciones. Además de eso, trabajando en la nube y con las herramientas digitales adecuadas, todos ganan tiempo en la gestión de los proyectos y de la información.
- Mayor capacidad de adaptación e inclusión: hoy, nos adaptamos a las necesidades y a los perfiles de los clientes, y logramos organizar y facilitar un workshop de cocreación o un panel de consumidores tanto online como de forma presencial, pero siempre con la mentalidad remote first: documentando todo en la nube y dando el mismo nivel de acceso a la información y atención a quien está presente sincrónicamente, online o físicamente, o asincrónicamente a los que no están.
- Mayor flexibilidad, calidad de vida y economía: los empleados que trabajan remotamente pueden tener más control sobre su horario laboral y equilibrar mejor sus responsabilidades profesionales y personales. A veces, pueden ganar hasta cuatro horas por día que habrían perdido en el tránsito, e incluso ahorran en transporte, alimentación y otros gastos relacionados con el trabajo.
- Mayor diversidad: el trabajo remoto nos permitió abrir la contratación a todo el territorio nacional; de San Pablo a Manaos, pasando por Brasilia, Río de Janeiro y Salvador, los CBA B+G están cada vez más repartidos por el país, garantizando mayor diversidad e inclusión.
- Menor impacto ambiental: el trabajo remoto redujo la necesidad de viajes y traslados, lo que ayudó a reducir la emisión de gases de efecto invernadero y otros impactos ambientales negativos y, por lo tanto, a cumplir con nuestras metas ESG hasta 2030.
Siento orgullo y convicción por la elección del modelo operacional que hicimos. La CBA B+G de hoy es más ágil, más diversa y más colectiva que nunca, y aún tenemos un inmenso potencial de mejora compartida por delante. ¿Quieres unirte a nosotros? O si quieres trabajar con nosotros en un proyecto, no dudes en contactarnos.
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Luis Bartolomei